Ostentar el cargo de Presidente de una Comunidad implica asumir toda una serie de responsabilidades que abarcan desde la convocatoria de juntas, cierre de actas o exigir el cese de actividades molestas hasta representar judicialmente a los vecinos y controlar el buen estado del edificio y de sus zonas comunes. Y esto último incluye el mantenimiento de las tuberías, un foco de problemas muy habituales cuando no se realiza de manera adecuada…
Lo más habitual es que, al acceder a la Presidencia, se desconozca la situación de las instalaciones y cañerías que se ocupan de las aguas residuales. De hecho, una de las primeras tareas deberá ser, precisamente, la inspección del lugar, el análisis de la frecuencia de las revisiones y la determinación de si, en ese momento, existe o no riesgo de que se produzca algún molesto atasco. Pero, incluso si los sistemas se encuentran en perfectas condiciones, hay que mantenerse alerta ya que es inevitable que se deterioren con el tiempo.
Para evitar de antemano problemas más graves, resulta conveniente que el Presidente establezca una serie de pautas de comportamiento vecinales. Por ejemplo, puede indicar qué objetos y elementos no van desechados por el desagüe ni por el fregadero, invitar a utilizar filtros en el lavabo para impedir la acumulación de cabello, requerir el uso de basuras para determinados desechos como pañales y toallitas que podrían bloquear la red sanitaria, ofrecer recomendaciones de limpieza de las tuberías del hogar y, por supuesto, recordar la importancia de reducir el consumo de agua. De esta manera, y con un comportamiento vecinal adecuado, el riesgo de sufrir bloqueos en las tuberías comunitarias puede reducirse sensiblemente.
También es importante que el Presidente tenga presentes otras tareas de revisión y mantenimiento. Por lo general, son trabajos que se delegan a otras personas como vigilar el sumidero y el sifón, cuyos niveles de agua deben ser estables para evitar la producción de malos olores; los jardines ya que las raíces pueden llegar a causar serios problemas y obstrucciones en las tuberías o las tuberías externas que deben recoger el agua de la lluvia correctamente.
En definitiva, aunque mantener el buen estado del sistema de cañerías comunitario sea responsabilidad de todos, es la Presidencia quien debe asumir un papel de liderazgo activo. Esto es, delegar tareas si lo estima oportuno pero también realizar un adecuado seguimiento de las mismas para detectar con antelación los posibles problemas y evitar importantes y costosas averías.
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