Los timbres con cámara son un dispositivo indispensable para cualquier Smart Home que se precie. Constituyen un claro ejemplo de cómo la tecnología se pone a disposición de los hogares brindando diseño, seguridad y comodidad a un precio bastante razonable. Por este motivo, cada vez son más los vecinos que instalan este tipo de elementos domóticos en la puerta de sus domicilios para así poder vigilar, en todo momento, quién solicita la entrada en el hogar.
Representan la evolución natural de los porteros tradicionales aunque implementan funcionalidades añadidas muy ventajosas: permiten responder cuando alguien llama desde cualquier lugar a través del smartphone, detectan cualquier movimiento, disponen de reconocimiento facial y se integran con otros aparatos inteligentes como Alexa. El problema que surge en torno a estos sistemas es que no existe una regulación nítida que determine los límites exactos de su uso. Y es que, al fin y al cabo, no solo protegen la casa sino que también graban a las personas que pasan por delante del domicilio llamen o no a la puerta.
En este sentido, para la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), una cosa es el registro del momento en el que alguien toca al timbre y otra, muy distinta, es la grabación que se realiza en cualquier momento de cualquier persona. En el primer caso, se considera que las imágenes entran dentro de la legalidad; en el segundo caso, se estima necesaria la adopción de medidas adicionales. Entre ellas, darse de alta como responsable en herramientas específicas (Facilita RGPD) que permiten asegurar que se está actuando de buena fe y respetando la Ley de Protección de Datos. Desafortunadamente, la práctica demuestra que casi nadie lo hace aunque se exponen a recibir importantes multas.
Por otro lado, también es importante dar los correspondientes pasos respecto a la Comunidad vecinal. Esto es: no se debe colocar ningún mecanismo inteligente de llamada sin avisar previamente al Presidente quien, por su parte, deberá hacer constar el hecho en el próximo Acta de Junta. Hay que informar a los vecinos más cercanos a cada cámara, ya que podrían ser objeto de grabaciones, y, además, colocar un cartel visible que indique que se trata de una zona videovigilada incluyendo los datos de la persona responsable y facilitando los medios para ejercer los derechos de protección de datos.
No hay duda de que la innovación tecnológica puede ser de lo más útil en el ámbito de las viviendas a la hora de procurar seguridad y confort. Sin embargo, si se utiliza al margen del marco legal puede terminar por convertirse en una verdadera fuente de problemas (y de sanciones). Para evitarlo, es imprescindible respetar las regulaciones específicas y, por supuesto, recurrir a empresas especializadas en este tipo de instalaciones ya que controlan perfectamente los puntos comunitarios más delicados y saben garantizar una accesibilidad segura a la vivienda evitando disgustos innecesarios.
SANDEZ PACHECO: Nos respalda una amplia y demostrada experiencia en el sector de la administración de comunidades y un equipo altamente cualificado en las distintas áreas profesionales: desde la administración horizontal y vertical, contabilidad, asesoría jurídica, intermediación inmobiliaria, arrendamientos y contratos hasta organización de juntas o cualquier otra gestión administrativa. Agilidad, profesionalidad y transparencia para el buen funcionamiento de tu Comunidad.
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